Ese viaje surgió medio improvisado. Dos amigas, con unas circunstancias comunes en un momento determinado y ganas de pasarlo bien las dos. En principio pensamos en reservar un ‘Todo Incluido’ en algún sitio del Caribe como República Dominicana o México, pero de pronto, salió una oferta a Salvador de Bahía y ahí que compramos.
En realidad no era un viaje de mochileras, ni buscándonos la vida, pero era mi primer viaje transoceánico y esa opción, para empezar, no me pareció del todo mal. Un viaje para mujeres.
Del puerto de Salvador salimos en una lancha rápida hacia la isla de Itaparica y desde allí un bus hasta otro embarcadero en Valença y de allí a Morro de Sao Paulo.
Tiene unas playas que se llaman: 1ª playa, 2ª playa, 3ª playa y 4ª playa. Las visitamos todas, pero decidimos quedarnos en la 2ª para tomar unas cervezas y comer en un restaurante a la orilla del mar.
La gente es encantadora, la comida deliciosa. El marisco fresco y las ensaladas de fruta tropical una delicia.
Después de esos días por la zona de Bahía, nos fuimos a darnos la gran vida a un Resort. En realidad, no es el tipo de alojamiento en el que después he estado, pero lo disfrutamos, y hasta probé a hacer trapecio (como en el circo), algo que nunca he vuelto a repetir y que me encantó como experiencia.